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Mostrando entradas de 2016

El último Abril de Noviembre.

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Y en esos pequeños momentos, en ese espacio decorado por humaredas de nostalgia, en un lugar tan frío y lleno de paz, donde la vida dio inicio a nuevos ciclos y a que todo surgiera; por fin comprendí, que era el momento justo para que ese atardecer, esos colores y ese frenesí se quedaran atrás, porque sin duda, ya empezaban a teñirme el alma con sabores amargos y sonidos de tormenta, era el momento de apagar esa luz que ya no tenía sentido. Tendré que seguir  así , caminando descalza por la vida, experimentando, conociendo y por qué no, buscando nuevos rumbos, porque la vida es un viaje y la gente pasa y pasa y nunca deja de hacerlo, muchos permiten aprender, vivir, soñar, colorean nuestros paisajes, te aman y dejan amar hasta más no poder, te sacan lo mejor y hasta lo peor de ti, pero bueno, en eso consiste, en sentir, y en no olvidar que a eso vine a la vida. He sobrevivido a varios naufragios, aunque sí, este dejó miles de cuestiones en las peores condiciones; sin embargo, ...

UNA PERSONA COMPLETA

Su piel estaba tibia luego de despertar, estaba llena de vida, como si el mundo le hubiese descargado un montón de energía a ese cuerpo que pocos días antes estaba vacío. No recordaba cómo se sentía la vitalidad, se extrañaba a sí misma. Sin embargo, entendió que sus sentimientos estaban en invierno y por eso, hibernaban. En el ocaso de ese invierno logró repensarse y sintió sus emociones tan suaves como el terciopelo, tan suaves como el sabor del chocolate en la mañana, tan suaves, que al principio no logró reconocerlos; se sentó todo un día en el borde de un acantilado a ver las nubes pasar, el cielo pasar, la vida pasar, pero no lo encontró como un desperdicio, al contrario, se sintió más plena que nunca, pues la infinitud de tranquilidad que esa acción le produjo, fue más placentera que nada en ese momento. Entonces, se descubrió nuevamente en su habitación pensando en la suavidad de sus sentimientos, pensó tanto que regresó en el tiempo, a ese día, en ese preciso acantilado don...

La carta extraviada de Lila

28 de mayo de 2015 Algún lugar Comencemos por desistir de toda idea de amabilidad o trascendencia porque yo solo le escribo esta carta al que simplemente la encuentre en la calle y quiera leer, no importa mucho quien soy, pero me dicen Lila y lila verde me siento yo, sólo puedo decirle que soy color verde, que quiero ser azul y muchos me ven blanca. Espero que el momento en el que encuentre esta carta, el cielo esté de la manera más apropiada posible según su emoción en este instante, si soy sincera hoy es un día frío, me encuentro entre cobijas y con muchas ganas de escribirle, pensará que soy una loca, pero simplemente escribo y es lo que me apasiona, lo que me persigue y hace tiempo no se acercaba tanto como hoy, porque sucede que la vida me ha llenado con sensaciones simples que no suscitan nada en mí, hasta este momento. Me gusta perpetuar y hoy quiero recordar a quien se fue hace tiempo a quien a veces se me olvida, pero cada vez que escucho sobre él, se me forma una sonri...

ME ENCANTA EL OLOR A LLUVIA EN LA TIERRA

ME ENCANTA EL OLOR A LLUVIA EN LA TIERRA, me encanta saborear su mirada en la mañana mientras un buenos días se inhala sutilmente por mis oídos. Me encanta combatir contra mi inconsciente para recordar mejor mis sueños, me fascina halar su cabello y en un parpadear darme cuenta que se tiñe de color, me estremece ver entre sus pupilas y hallar una infinidad de formas y destellos que convierten mis días en pequeñas pero gratas sensaciones de euforia. Y me encuentro aquí sentada bajo el sonido de la lluvia, imaginando como me moja con su resonancia y a la vez como  me antoja de que en realidad se deslice sobre mi piel. Quisiera tener un hilo atado al cielo para correr entre el viento, para sentir la vida, desearía increíblemente observar la lluvia caer desde lo más alto del cielo, desde la luna si es posible, y correr por sus cráteres y tararear el sonido de las gotas al caer, me lo llevaría a él y sus colores, a él y su interminable forma de hacerme sentir como gota de agua ca...

G R I S

Porque me la pasaba todas las mañanas aplastando mi cabeza, estirando mi cabello, revolviéndolo con el caos, con la felicidad, con lo triste, con mis pensamientos, con el acto de dormir y enloquecer en los sueños lúcidos, lo revolvía con el chocolate, con la hierba, con los labios rojos, con ganas de volar y entonces terminaba, yo, deseando, buscando y simplificando la vida, los cuentos y los libros que aún me faltan por leer y su voz, la voz que muchas veces adornaba mis comentarios pervertidos. Pero entonces siempre estábamos sobre la luna y la gente sabía que estábamos en la luna porque desde la tierra se veía azul y es que es nuestro color favorito y aún espero y quiero encontrar el muro que pide a gritos ser azul, como él. Algo nuevo se metía entre mis nubes de colores, no busco nada con esto que escribo, no tengo algún deseo escondido en un recóndito rincón de mi cerebro, no. Yo solo buscaba caminar tranquilamente por la vida, siendo, escribiendo, soñando, recordando y riend...

A L M E J A

Pintemos una casa, color sonrisa, por favor, pintémosla con las manos, desnudando nuestras miradas mientras nos dejamos ahogar con el aroma de los colores. Pintemos una casa que este en la punta de la luna, pero antes pintemos el cohete con el que viajaremos hasta allá y así el viaje se nos cortará a la mitad y no habrá que pedir aventón en  medio del trayecto galáctico para llegar sanos y salvos a esa casa que quiero teñir con color risita. ¡Yo lo maté! Grite al precipicio donde sólo un paso me separaba de la muerte, me lance hacia atrás, para ver el cielo más claramente y neutralizar todas las sensaciones que tenía trancadas en la frente, sino lo hacía éstas empezarían a escribirse en mi cara y en realidad, yo, no estoy para aguantarme historias de sensaciones descontroladas y mucho menos en mi cara. Desde allí el sol se veía más verde que nunca y el cielo, como siempre estaba azul, sin embargo ese azul, de aquella mañana era un nuevo azul, quizás no era azul, pero yo le di ...

CARTA A UN AUSENTE

Escribo ausentemente esta carta a usted, señor, que entre las nubes se escode, que alguna vez dejó miles de cuadros sin terminar, pero nunca, nunca, dejó una sonrisa a medias, le escribo nostálgicamente esta carta porque temo que en este pasar de tiempo se haya olvidado de mí y que el más allá lo haya sometido a la perdida de la memoria. Le escribo para contarle que me he olvidado de usted y no sabe lo doloroso que es escribirle a alguien al que uno no recuerda, lo veo en las fotos y lo reconozco, pero no es igual, yo creo que más bien debería dejar de ocultarse en una nube y venir, para caminar y hablar un poco de esa vida que ya no compartimos hace varios años. No le miento en que lo abandonaron mis letras, créame que no quería que esto me sucediera, pero es que se cruzó muy poco por mi vida, dejó de contarme historias, inclusive en mis sueños ya no se cruza el rojo de su espíritu. Hombre, sí, usted, el de la cabeza pulcra y blanca, el que con sus manos me moldeaba sonrisas, e...

¿DÓNDE ESTABAS?

¿Dónde estabas? ¿Dónde estabas cuando la vida se apagó? ¿Dónde dejaste mi desorden? Todo parecía tan perfecto, tan cristalino, limpio, pulcro. El mundo se había convertido en una esfera de cristal donde no se reflejaba nada, donde dejé de verme y entenderme, donde yo ya no estaba sola, por el simple hecho de que yo no estaba. Estaba sin vida, sin ser, sin existencia. Solo un cuerpo, eso era yo, un cuerpo que no sentía ni un poco. Sé que los amaneceres y el cielo hace mucho no son detonantes, no son bombas para seguir, no impulsan; tenía otras cosas, otros detonantes, sin embargo, pase de tener todo a sentir nada. Y ahora me encuentro aquí sobre unas flores sintéticas, que sólo volverían a tener vida si ella volviera, escribiendo oraciones al azar que realmente no pueden conectarse, no tienen la cohesión suficiente como para decirme a mí misma, sal, vive, vuelve… Y las mariposas me llevan lejos, me llevan a un mundo distinto, pero agradable, en el que solo quiero libera...

HA PASADO MUCHO TIEMPO

Y paso mucho tiempo desde la última vez que escribí así, con música, paso bastante tiempo desde que la vida empezó a hacerse lineal, desde que mi realidad intermitente se quedó apagada. Necesitaba un retumbar, una mini bomba atómica que al explotar destrozara todo a su paso y yo quedara en un estado de cristal, un estado de transparencia absoluta; también ha pasado tiempo desde que dejé de querer sentirme así, aunque ésta sea la mejor sensación, esa emoción que me transportaba a profundidades infinitas y placenteras, que se destruían con facilidad al intentar llevar a alguien más, pero no comprendía que estaban diseñadas para mí, y que si me atrevía a llevar a alguien debía aprender a quebrar dichas profundidades tan armónicamente como para lograr quedarme suspendida junto con ese otro individuo en una nebulosa de nada y todo, donde el todo es una composición del ser, de su alma, de su entorno, de sí mismo y de un complemento, o así era el todo de ese lugar, lugar que pareció desin...