Así me sentí hoy, así me siento todos los días
Y cuando ella amó, nadie la amaba, cuando la felicidad se apodero de sí ya nadie estaba para ser feliz con ella. Y respiró cielo y se apartó del mundo, no quería estar en éste, no quería saber de nada ni de nadie y entonces sus ojos se llenaron de lágrimas y tenía una punzada de caprichos en su pecho, tenía un montón de monótonos sentimientos, de esos que son fastidiosamente intensos, de esos con los que ella no lidiaba fácilmente, y no había nadie para salvarla, no había caballeros con capa y escudo, sólo estaba ella en ese cielo absurdamente azul, en ese paraíso que se teñía de color según sus sentimientos y el paraíso estaba de colores, pero se pasó al azul, se pasó a una tristeza azul, de esas que no se controlan, de esas que te derrumban, de esas que sólo ella podía entender, pues demostraba en el mundo que era fuerte, que nada le importaba, pero aparecía ese ser que con actos tan simples podía quebrarle hasta la molécula más fuerte de su cuerpo, y se hacían miles de bombas ató...