Así me sentí hoy, así me siento todos los días
Y cuando ella amó, nadie la amaba,
cuando la felicidad se apodero de sí ya nadie estaba para ser feliz con ella.
Y respiró cielo y se apartó del
mundo, no quería estar en éste, no quería saber de nada ni de nadie y entonces
sus ojos se llenaron de lágrimas y tenía una punzada de caprichos en su pecho,
tenía un montón de monótonos sentimientos, de esos que son fastidiosamente
intensos, de esos con los que ella no lidiaba fácilmente, y no había nadie para
salvarla, no había caballeros con capa y escudo, sólo estaba ella en ese cielo
absurdamente azul, en ese paraíso que se teñía de color según sus sentimientos
y el paraíso estaba de colores, pero se pasó al azul, se pasó a una tristeza
azul, de esas que no se controlan, de esas que te derrumban, de esas que sólo
ella podía entender, pues demostraba en el mundo que era fuerte, que nada le
importaba, pero aparecía ese ser que con actos tan simples podía quebrarle
hasta la molécula más fuerte de su cuerpo, y se hacían miles de bombas atómicas
o así las sentía ella, así lo sentía su idea de corazón y todo eso sucedía
dentro de un cuerpo y en el exterior no reflejaba nada y si lloraba nadie lo
notaba, pero ella tampoco quería que lo notaran, le gustaba tragarse los sentimientos
sola y por eso siempre parecía neutral, neutral o feliz, pues la felicidad
nunca la lograba explotar.
Lloró un par de veces, en frente
de la gente, pero igual parecía llanto invisible, nunca fue percibido por ojos
humanos, nunca fue motivo de preocupación, quería huir, quería sentirse bien,
quería perderse entre letras, pero de eso no se vive, no se vive de sentir y
para ella era una lástima, aunque si llegaba a pensarlo bien, de sentir si se
vive, se viven las mejores aventuras, se vive el alma y no el cuerpo, pero ella
no quería ser sólo alma porque no sabía cuál era el paradero de las almas, le tenía
miedo a eso que no se conoce, así como cualquier ser humano, entonces entendió
que era un ser humano, pero con características distintas, no se esforzaba o
preocupaba por cosas que suelen preocuparse los humanos.
Habían días en los que nada le
importaba, ni siquiera su vida y otros días en los que su realidad se hacía tan
real que le entraba por los poros, y le importaba, la partía en dos y la hacía
escribir, también existían los días en los que sólo pedía que se acabaran y que
la cuenta regresiva de su vida fuera más corta.
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