Te amé frenesí de colores...
En un frenesí de colores explote
a risas y respire color, teñí mi piel, exploré y dejé cada uno de mis actos
marcados con un color diferente, y mis ojos se prolongaron entonces logré ver a
través de las cosas, perdí la debilidad y me sentí como la mujer maravilla, me
sentí indestructible y entendí que así soy a diario, soy un mar de titanes, un
mar azul, de un fuerte azul.
Y sonreí y desperdicié esas
tontas preocupaciones que logran apoderarse de cada una de mis células, además
entendí que siempre hay remedio para cada cosa y que tomarse un jugo diario de
vida te renueva y te hace ver que no importa nada más que tu subsistencia, que
tu tranquilidad.
Y la paz interior se volvió
mi oxígeno y entonces mi cuerpo se mezcló con el negro de una pared y me
transporte a una dimensión donde sólo estábamos la serenidad y yo, dónde perdí
el interés por cada individuo del planeta, donde no necesitaba nada…
De repente el frío entró
como sangre a mis pulmones y se hizo una sustancia incontrolable que parecía no
irse, sin embargo yo tenía una energía tan luminosa que esa sensación fue como
el pasar de un segundo, despreocupado.
Pero mi aire ya no era aire,
era armonía y aquel frenesí de colores realmente logró volverme loca, logró
sedarme y adormecerme en el mejor lugar del mundo.
Aquel lugar no era más que
mi habitación transformada, la cual estaba suspendida en el cielo, en el cielo
de otro mundo, en otra galaxia, y yo estaba lejos, donde no necesitaba
sospechar y donde vi el verdadero sentido de vivir.
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