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Mostrando entradas de 2017

E X I S T I R .

¿Por qué no correr por los campos, intentar ser un transeúnte libre, sin ataduras, con el alma limpia?, ¿por qué no mantener el mundo en un nivel en que nuestro espíritu se haga uno con él?, ¿por qué no entender que simplemente es vida, un instante, un fragmento? Y somos diminutos, tan invisibles que a veces es imposible entender que nuestra existencia suele ser atómica, no vista para nadie, no es nada, no somos nada. Pero y sabiendo todo esto aún nos atrevemos a sentir, pensar, crear y entender la eternidad que llamamos vida, pero que finalmente no es nada, es tan solo una milésima en el cosmos, algo que no significa nada. Si morimos, si nos extinguimos ¿habrá caos? Planteemos la teoría de que es así, digamos que somos el equilibrio, el orden, que sin nosotros, pequeñas partículas, la existencia no tendría sentido; entonces por ser así, sería imprescindible rendirnos, sería todo un complique causar semejante atrofio galáctico. Sin embargo, me encantaría que sucediera, que nos...

SER VIVO SIN VIDA

Hoy rellené la vida de tristezas, porque así me gusta, hoy dejé volar en la madrugada la nostalgia que tanto extrañaba, hoy, increíblemente, la vida se me volvió a colmar de unas partículas  de melancolía. Me sorprendí del pasar del tiempo, me vi allí detenida en la mitad de la avenida de la vida, viendo todo pasar; incluso a mi ser lo veía allí como un transeúnte, como con falta de algo, lo veía allí tan muerto, tan marchito, tan falto de vibraciones energéticas que me dolió, me arrebató todo, me hizo querer devolver el tiempo, no por arrepentimiento, sino por no sentirme muerta. Hice mi mayor miedo realidad, me sentí muerta y con el alma latente, me sentí como si no pudiese hacer más que observar a los vivos detallándome allí muerta como una flor, con mi cuerpo helado, alejado de las emociones, de los decibeles que pasan dentro de tu cuerpo cuando realmente te sientes en este mundo, parte de algo o de alguien. Me sentí encerrada con ganas de quererlo todo, pero el cuerpo no ...

Sin remitente

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¡Qué bello es escribir cartas! Solo que ya no tengo a quién, quizás solo al tiempo, a ese que me ha condenado lentamente a mi auto dedicación; probablemente no es una condena, al contrario, es ese empujón necesario que debía tener mi vida hace tiempo, un empujón al que me he resistido casi un año, pero hoy al fin, ya permití que me llevara al vacío, y aquí me encuentro, cayendo, desde muy alto, desde la cima del todo hacia el inicio de la nada, donde no soy nadie, donde solo pasan brisas de nostalgia, de esas que te atrapan y te hunden en la más profunda tristeza que finalmente te permite renacer. Hay gente que no sale de allí, otra que no necesita entrar, yo creo que no soy ninguna de las dos, ya he conocido esos fríos penumbrosos que te erizan cada partícula, que te calan cada rinconcito de tu ser; y de eso he logrado grandes pensamientos, pero hoy, no son lo que pretendo. Dichos fríos son necesarios lo sé, pero en realidad me falta tristeza para seguir escribiendo sobre ellos. ...