POR ESO UN ÁTOMO...

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Y por eso, un átomo… sí, un átomo.
Me hubiera gustado su sonrisa, pero no es un átomo, sin embargo es el elemento exacto y preciso para que en mi se transformen miles de átomos neutros en átomos felices, en átomos de nube, de luna, de él.
¿Y por qué no un ojo? Porque no es lo que necesito, no quiero más de los ojos que tengo, sólo necesito dos para ver el mundo, pues por eso son bien grandes, pues por eso me brillan cuando frenesí está al frente, pues para que más ojos, sí estos dos que tengo me muestran lo suficiente.
A mí denme más oídos para escucharlos bien a todos, a mi denme más labios para besarlo más, a mí no me de poderes del lobo feroz, sólo denme lo suficiente para vivir y volar, escribir y volar, tejer y volar, sonreír y volar, amar y volar, saltar y volar, volar y volar…
Y por eso, un átomo… porque me compone cada fibra, porque soy yo, porque me hace poderosa, me mantiene estable, me deja moverme, me deja vivir…
Y sigues preguntado que: ¿por qué un átomo?
Pues porque la                 química de toda esta caótica vida me mueve, me fascina, me excita, me exalta. Porque sus moléculas me erizan cada célula, cada pensamiento, cada idea, cada ser viviente en mí.
Y un trazo, sólo uno, rojo. Y sustancias cósmicas envueltas en maní, y puños, patadas, empujones cabezazos, armaduras destrozadas de habitantes errantes  y energía y sudor, sonrisas, risas, humo y canciones.
Más tarde, besos, mordiscos, sonrisas, abrazos, la noche como sombrilla y la sonrisa de abrigo, un apretón de manos como conjuro y miles de ojos como amenazas. Deambulábamos por medio de la calle, nos fumábamos cualquier estrella, más si eran golpes de suerte, de esos que llegan de repente, de frente y muy fuerte.
Se nos fue la noche, se acabó en 2 instantes, se murió con el sol y con el mañana, se perdió en mi baúl mental, pero frenesí continua, camina a mi lado y cuando no es así, me dice que quiere hacerlo al instante, no en 5 ni 10 segundos. Ojalá caminemos mañana y volemos y caminemos por la neblina y nos perdamos con un tropezón de color.

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