DÍA FELIZ.
Resulta que hoy quiero escribir, hoy quiero susurrarle a las nubes que se me desvanece la tristeza, que llegan los buenos días, que resumo mi vida como un experiencia inolvidable, que suspiro y me siento como mujer nueva. Que camino y se me iluminan los ojitos, que el cielo se introduce en mis pulmones y se hacen azules, se llenan de agua y me vuelvo respirante de aguas crudas, de aguas con poderes. Resulta que soy de esas que no explican el porqué de lo que sienten, tan solo se limitan a sentir. ¡Pero que limite! Un límite casi infinito un límite que se vuelve provechoso y lleno de muchas cosas que a fin de cuentas hacen que la vida tenga esencia que tenga un valor y que aunque no cuadre con casi nadie se convierte en lo mejor. Eso de ser sentipensante se hace increíble, se hace inhumano y hace que cada instante de la vida cuente, cuente y no se pierda. De repente la felicidad me consumió sin motivo alguno, me lleno hasta el tope, pero como cosa rara no supe explotarla, tan so...