Anna y sus sueños a largo plazo
Su estilo no era llevar rizos dorados, ni cautivar a sus personajes desesperados por noches de placer, su estilo era llevar el cabello como una maraña de perdición y sed de humanidad, llegaba a sus noches de placer de la manera más extraña, recolectaba las noches y las almacenaba en botellas para luego ponerlas en el mar y que estas empezaran un largo viaje, nunca disfruto del placer, o no de ese placer, sólo disfrutaba del vivir. Reconocía los labios de sus amantes, pues estos dejaban esencia en los de ella, no justificaba las preguntas de sus amantes, pero siempre concluía que eran demasiado absurdas para una mujer como ella. Levantaba sus pantalones después de momentos en los que regalaba su placer y a cambio la recompensaban con promesas típicas de un caballero pervertido, un príncipe verde, además con tarifas de dinero que ni ella misma podía negar. Sumergía sus ganancias en botellas o en un frasco que nombraba con papeles de sueños que sólo podían depender del dinero. Nunca l...