La cárcel de mi cabeza.
Me canso de recordar y sentir que ya no me importa, me canso de no estar sometida a un mundo de dolor. Sonrió, pienso y entiendo que ya no me importar el dolor, que parece haberse ido. Desearía encontrar entre mis pensamientos el primero, y con este leer el segundo, copiar el tercero, reírme del cuarto, llorar con el 5 y así con todos hasta el último de hoy. Incluyo mi sueños en un relato, las pesadillas de niña y mis miedos también, luego los fotografío en cada uno de sus ángulos y los hago pasar a su celda como viles prisioneros de guerra, los sentencio a la voz de una sirena, a la melodía que hagan las hadas con sus alas y a la risa de una bruja fea y temerosa. En la mañana desayunaran sonrisas amargas y mentiras endulzadas con el odio que nunca he sentido. Por las noches solo los iluminara una vela con fuego de sol y estructura de luna, los guardias de sus celdas serán mi miedo a la muerte y a la total oscuridad. Sellare su sentencia con kilos del odioso amarillo y pizcas de ...